La repatriación de utilidades mantenidas fuera del territorio estadounidense fue acelerada, gracias a los cambios recientes en la ley de impuestos, evento que ha introducido sin querer presiones adicionales en el mercado de renta fija de corto plazo.
Como es bien sabido buena parte de los excedentes de caja de corto plazo de las grandes corporaciones se invierten en fondos del mercado monetario, los cuales por requerimientos regulatorios son compradores naturales de treasuries bills, que son títulos financieros emitidos por el tesoro a plazos de 1,3,6 y 12 meses.
En un contexto de alza en las tasas de interés, los fondos de mercado monetario necesitan afinar mucho mejor su programación de compra de títulos con las solicitudes de retiros de fondos de sus clientes, de allí que en las últimas semanas se haya comenzado a especular sobre la posibilidad de que el Departamento del Tesoro comience a emitir papeles con vencimiento a dos meses.
El espacio para innovar en el mundo de la renta fija soberana es limitado. A finales de los noventa del siglo pasado surgieron los TIPS que son papeles cuyo valor facial se ajusta por inflación; tuvieron que pasar casi 20 años para que en enero de 2014, comenzaran a emitirse notas del tesoro de tasa variable conocidas con el nombre de Floating Rate Notes.
Estas emisiones siempre responden a la necesidad del Departamento del Tesoro (DdT) de mantener bajo control el costo de su fondo, aprovechando en todos los casos las necesidades de los inversionistas en renta fija.
Quien compra un TIP está dispuesto a cobrar un cupón bajo a cambio de proteger el poder adquisitivo del valor facial del instrumento; quien compra un Float está dispuesto a recibir un retorno semestral ligeramente superior al de los treasuries a tres meses a cambio de tener la posibilidad de que tal tasa se revise semestralmente, posibilidad muy atractiva en un mundo de tasas al alza.
Debido a que la reducción de las tasas de impuestos personales y corporativos en EE.UU, no fue compensada por la pérdida de escudos fiscales importantes, como puede ser la deducción de intereses hipotecarios, existe un déficit de ingresos del gobierno federal que en los próximos años se cubrirá con la emisión de treasuries.
Afortunadamente, para el DdT, los papeles de corto plazo que emite cuentan con la demanda de fondos del mercado monetario, como ya mencionamos en párrafos previos, y estos vehículos de inversión controlan en la actualidad dos billones de dólares, el doble de lo que manejaban en el año 2016.
En la medida en que el DdT pueda ajustar mejor su cronograma de requerimientos de fondos a la oferta de títulos, mayores serán los ahorros que realice por pago de intereses. Si estos papeles no se emiten, los fondos del mercado monetario presionaran para que suban los rendimientos a plazos de tres y más meses. Con un mercado dispuesto a comprar estos títulos no hay razón válida para que el Departamento del Tesoro no se atreva a producir esta discreta innovación en plazos de emisión.